Hoy por la mañana escuchaba una canción de Soda Stereo llamada «Té para Tres». Mientras la escuchaba, recordé que en algún momento supe la historia detrás de esta canción.
Bien podría tratarse de una historia de desamor entre una pareja, pero la realidad es que, según la mamá de Gustavo Cerati, esta canción fue compuesta cuando en sus habituales tomas de té, el padre de Gustavo les confesó que estaba en etapa de cáncer terminal. La canción narra la perspectiva de Gustavo ante ese suceso con su padre y madre.
Me parece fascinante la necesidad de contar historias; a todos nos apetece conocer historias también, pero lo que me maravilla es encontrar el medio para hacerlo.
Cuando tengo la fortuna de dar mi curso de escritura creativa siempre abro con una imagen que me encanta y es la imagen de una pintura rupestre donde se alcanza a apreciar como un grupo de cazadores va detrás de unos bisontes. Me atrapa que en esa imagen resalta la necesidad de ese cazador de llegar y contar su historia, lo que había vivido ese día, y la mejor forma para hacerlo fue dibujándolo sobre una de las paredes de la cueva.
Hoy miles de años después seguimos contando historias, en canciones, películas, graffitis, libros, chistes, etc. Eso, hace darme cuenta que todos en realidad somos una historia sucediendo. Sí, una historia llena de miles de mini historias o escenas que pasan en nuestro día a día. Unas buenas, unas malas, unas trágicas y algunas hilarantes, pero todas historias al fin y al cabo.
Quizá deberíamos dejar de pensar que nuestra vida se cuenta en años, yo creo que se cuenta en historias y cada quien es responsable de la manera en que se cuentan.
Hasta el día de hoy puedo decir que mi historia me está gustando, y agradezco a todos los personajes que han estado en ella. Si eres parte de mi historia gracias por estar en ella, no importa el rol que hayas tenido estoy orgulloso de esta historia.
Ahora dime ¿de qué va tu historia?