Hace unos meses leí en el muro de un amigo una frase que me voló la cabeza: “En México todos queremos dos tipos de policías, uno que aplique la justicia y otro que nos de chance”.
Me gustó tanto porque creo que retrata perfecto el, a veces hipócrita, México que queremos.
Para echarle mas leña a este fuego, un día YouTube me recomendó los videos de México Cívico, un canal donde se documentan las acciones de la brigada Poder Anti Gandalla, movimiento creado por el famoso Arne Aus Den Ruthen, donde un grupo de personas hace justicia cívica en temas en los que mucha gente quiere “que se les eche la mano”.
Estos básicamente son temas como, estacionarse en lugares prohibidos, poner cubetas y postes para apartar lugares, apañarse las banquetas para comercios, etc.
Me llamó la atención porque en los videos se ve a gente realmente molesta porque “abusan de sus derechos” cuando en realidad ellos están violando la ley, poquito o mucho, pero haciéndolo.
Esto me hizo pensar en cuantas cosas “ilegales” estamos acostumbrados a ver día con día, pero ya más bien nos acostumbramos a que pasen porque “pus así es México”.
En mi manzana, por ejemplo, pensé en el cafecito bien coqueto que está a unos pasos de mi casa donde tienen la banqueta invadida de mesas y hay que esquivarlas para pasar por ahí, en las hamburguesas del parque que están bien buenas, pero que se cuelgan de la luz para dar servicio; incluso tienen licencia para tener un puesto de flores, pero lo usan para tener el refri de su negocio y las freidoras de sus papas (si tienen 5 ramos de flores, es mucho).
Y pienso en esto porque nuestro próximo Presidente propone acabar con la corrupción y el 53% del electorado está de acuerdo. Parece que no, pero que el café pueda poner sus mesas es un acto de corrupción con la Delegación Benito Juarez, al igual que el señor de las hamburguesas que un día me contó que estaba enojadísimo porque lo quitaron 6 meses aún y cuando él se “había mochado”, dijo.
¿Estamos listos para que ya no exista la justicia que nos de chance? De verdad espero que sí, y les cuento rápidamente lo que me hizo escribir este posteo.
Sí soy de los que cree que la participación de la gente hará la diferencia, he estado pensando en como mejorar cívicamente para que todos nos vaya mejor empezando con algo tan mínimo como mi calle. Para mi fortuna (o no) vivo enfrente de un súper mercado. Hace unos días una muchacha se me acercó para regalarme dos cortesías de un evento deportivo, el evento deportivo era una “activación” de esas fraudulentas donde te hacen jugar un juego de canicas en los que casi ganas, pero para seguir participando, tienes que pagar. Yo obviamente me fui pero me quedé muy inconforme porque enfrente de todos estos tipos están haciendo fraude, investigué en internet y encontré historias de tipos que han perdido hasta 10 mil pesos porque se enganchan, y cuando denuncian, estos tipos huyen; Mi siguiente acción fue llamar a las autoridades. En el C5 me dijeron: ¿Te obligaron a jugar?, ¿Están obligando a la gente a jugar?, ¿No? Entonces no podemos hacer nada, si quieres ve al MP a ver qué te dicen.
Ante la frustración intenté hacer una denuncia a través de la aplicación del ministerio público, pero está diseñada para denunciar actos de robo, violencia, homicidios pero nada que se le parezca al fraude, aún así redacté mi caso pero la app no funciona.
Días después, me volví a encontrar con los tipos y ahora me dijeron que venían de Soccermanía, los volví a ignorar, pero contacté a Soccermanía para preguntar si ellos estaban haciendo algún tipo de activación con lucro, a lo que respondieron que no y que mejor hiciera caso omiso, cuando les sugerí que levantaran un acta ante el MP, me contestaron con un Like.
Hoy, honestamente pienso que la gente seguirá queriendo que se le de chance por mucho tiempo más, que nos podamos detener 5 minutitos en un lugar asignado para discapacitados, en poner unas cubetas para que nadie se estacione frente a nuestra casa, en hacer contratos mañosos para no pagar impuestos, en dar una lana para que salga el permiso de construcción, en fin, creo que ya saben a qué me refiero.
Por mi parte espero no caer en el lado en que se me de chance, y si en verdad la mitad de la gente quiere lo mismo, vamos a ver un México muy distinto que no dependerá de quien sea presidente.